miércoles, 13 de octubre de 2004

películas II- volver al futuro parte III

volver al futuro III (1990, dirigida por Robert Zemeckis, con guión de Bob Gale basado en una idea suya y del director) suele ser colocada un escalón por debajo de sus predecesoras. más allá de los gustos particulares, señalemos el carácter especial de la última aventura del Doc y Marty.
el viaje a 1885 se subraya simbólicamente: el delorean avanza hacia la pantalla de un autocine en un recurso heredero del clásico teatro dentro del teatro. si lo que el observador ve es una película, el gesto de ingresar dentro de la pantalla subraya la ficcionalidad al tiempo que la posibilita.
los géneros de aventuras, comedia y ciencia ficción poseen códigos sobre los cuales el director debe saber dar cuenta apropiadamente. los western no escapan a estos convencionalismos; por el contrario, parecen exigirlos con mayor presteza.
de esta forma, la entrada en la pantalla -la entrada al western, en definitiva- informa que lo que se mostrará es algo distinto a lo visto hasta entonces. el capítulo final de volver al futuro, en efecto, es el más fantástico de los tres: pasados los traumas edípicos de la primera parte y los geniales choques barrocos de la segunda, director y guionista cierran su sinfonía con un cuento de hadas a caballo.
por último: marty y doc se separan una vez que los dos asientan su vida sentimental. como con sancho y don quijote, la amistad no funciona de encontarse correspondido el amor sin mayores peripecias.
y finalmente: el tren avanzando hacia la pantalla, cerrando la trilogía como finalizaba la película original y subrayando la integrada oposición entre lo antiguo y lo moderno, entre el ferrocarril y el automóvil, entre el doc y marty.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vos porqué no conocés lo cabeza dura que es Mechi, si para ella la uno es la mejor, es la mejor y se acabó. A lo mejor si no está del todo convencida puede prestar atención a tus argumentos, sino es como intentar dialogar con un sordo, o, mejor dicho con un ciego.
A mí, en cambio cualquier cuento de hadas a caballo, al paso, al trote o al galope, me convence...