jueves, 23 de diciembre de 2004

las personas bonsai


las personas bonsai no son enanas, pero lo parecen. tienen el privilegio de alcanzar la madurez sin perder la inocencia del cuerpo chiquitito. la gente bonsai es gente diminuta -vaya si lo es-, pero no pequeña. cuando se despiden no consiguen abrazar a sus seres queridos de cortos que son sus brazos. les encanta jugar con bebés pero hace rato que ellos mismos renunciaron al chupete. no hay nada que deseen tanto como colarse en el bolsillo de ciertos personajes, aunque ya sean bastante grandes para tales menesteres. 
las personas bonsai no son enanas, pero lo parecen. convencidos de que su voz tiene un volumen acorde a su cuerpo hablan poco y nada. incluso han olvidado cómo expresar lo imprescindible. son gente de estatura corta con elevadas intenciones. 
las personas bonsai son viejas, pero jóvenes. especie de peter pan con canas en el cuerpo de un viejo de ocho años. austeros y tranquilos, no se andan con chiquitas: cada noche, antes de dormirse, sueñan que son gigantes que trepan por la ventana y se acuestan sobre los labios anhelados. 
las personas bonsai no son enanas, pero lo parecen. sus pasos cortos deben multiplicarse para cubrir cualquier distancia. la gente diminuta anda en busca de su hogar, de su maceta idiosincrática en donde cae el agua que alimenta. son generosos y nobles, pero sus deseos no recorren más distancia que la de sus estocadas. 
las personas bonsai no son enanas, pero lo parecen. y de tanto parecer, a veces terminan siéndolo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ay por dios, por dios
no puedo creer que existan personas tan potras sobre la faz de la tierra. te amo puta de mierda, te amo toda. ojala que tu pito se mantenga fuerte y brilloso por el resto de los tiempos, porque te lo mereces.

feliz navidad, ojala que te regalen un falo con ruedas a control remoto para sobrevivir tus largas noches de Soledad (le das?)